¿Qué esperamos de nuestros representantes?
Por fin parece que el congreso da un paso para hablar en serio de las reformas democráticas que demandamos los ciudadanos movilizados en torno al movimiento del 15M. La iniciativa, como no podía ser de otra manera, viene una vez más de un partido minoritario y hay que reconocerle a Joan Ridó (ERC) la iniciativa, como en otro momento se la hemos hecho a Rosa Díez, cuando propuso al congreso poner fin a los privilegios de la clase política. Pienso que hay que acabar con el sectarismo que quita o pone la razón a cualquier cosa que diga o haga alguién en función de las etiquetas con que los clasificamos como de los nuestros o de los otros.Ahora nuestros representantes, todos nuestros representantes, los hayamos votado o no, tienen la oportunidad de dar la talla, de devolver la dignidad que corresponde a la política, de ganarse de verdad el título de ser nuestros representantes. Y llegado a este punto me pregunto, ¿Qué esperamos de nuestros representantes? ¿Que deberían hacer para que en lugar de repetir en las manifestaciones “QUE NO, QUE NO, QUE NO NOS REPRESENTAN”, podamos sentirnos orgullosos de ellos? ¿A alguien no le gustaría sentirse orgulloso de sus representantes? ¿A quiénes nos representan, no les gustaría sentirse orgullosos de nuestro orgullo?
Cuando gritamos que no nos representan y añadimos que no hay democracia si gobiernan los mercados estamos señalandola dirección. Esperamosde nuestros representantes, que apoyados en un pueblo movilizado, pongan las riendas a los mercados financieros, premisa necesaria para que hoy podamos hablar en serio de democracia. Ellos deberían ser los primeros en saberlo. Ambos términos están indisolublemente unidos. Así que tendrán que ser conscientes de que junto a los debates para hacer una reforma democrática, que la regenere y abra espacios amplios para una democracia participativa, tienen que estar dispuestos a hablar de los mercados, de la necesidad de reformar todo el sistema financiero internacional, verdadero epicentro y causante, por todos sabido, de la actual crisis económica. Ninguna medida de ajuste social tiene ni tendrá credibilidad mientras no se den pasos decididos en esa dirección. Por eso tendrán que estar dispuestos a poner en crisis el pacto del euro que nuevamente invisibiliza las responsabilidades del sistema financiero y hacer recaer todo el ajuste sobre los ciudadanos. Tendrán que darse cuenta que tienen que elegir entre la gente y los interes del DINERO, así, con mayúsculas. Y para eso tendrán que empezar a pensar que quizá, sin ser conscientes, llevan inoculado el virus del neoliberalismo. Virus que ha malformado sus ideologías matrices, sean socialdemócratas o conservadoras. Son demasidas las evidencias de que los mercados son incapaces de autorregularse. Y sobre esta premisa el neoliberalismo ha construido su discurso de desregulación, privatización, adelgazamiento del Estado. Y es preciso ser conscientes de que el Estado, o más bien una red de estados, con todos sus defectos y sus limitaciones, es sin embargo el único ámbito capaz de poner contrapeso institucional al enorme poder del dinero. Por eso no deja de ser un contrasentido en que una vez evidenciada la falsedad de estas premisas se siga insitiendo en esta dirección, contra toda evidencia empírica, como única forma de salir de la crisis. ¡Es justo el camino contrario! ¿Cuánto tiempo tendremos que circular por la autopista en contrasentido antes de darnos cuenta, antes de estrellarnos?
El llamado Pacto del Euro sigue insistiendo en los mecanismos de desregulación pública y de privatización, es decir, de quitar poder a los ciudadanos y sus representantes para dejar que sea el DINERO el que se autorregule. El mensaje principal que tienen que entender nuestros representantes es muy sencillo: queremos que nos representen, queremos que representen nuestros intereses frente a los intereses de los mercados. Si establecemos un parelelismo entre representación política y representación legal, quizá puedan entenderlo. Esperamos de nuestros representantes políticos lo que esperaríamos de nuestros representantes legales, nuestros abogados, que defiendan nuestros intereses frente a los poderosos intereses del DINERO. Ahora están haciendo en Europa justamente lo contrario. Si un bufete de abogados, contratado por nosotros, hiciera manifestaciones públicas en las que defiende los intereses de los mercados, en los que habla siempre para enviar mensajes tranquilizadores a los mercados, ¿no lo despediríamos? ¿No le diríamos que no nos representa, que ha dejado de representarnos? ¿No pensaríamos que quizá nuestro oponente le ha pagado más que nosotros, a nuestras espaldas, y en realidad ahora trabaja para ellos? Pues eso es exactamente lo que están haciendo nuestros represntantes políticos, en los gobiernos nacionales y mancomundamente en Europa.
Llegados a este punto no somos tan ingenuos como para no saber que cuando hablamos del poder de los mercados, del poder del dinero, blanco o negro, en enormes cantidades, en gigantescos fondos de inversión, estamos hablando de un poder fuerte, con gran capacidad de comprar conciencias de políticos, periodistas, investigadores, economistas y abogados. Frente a ese enorme poder sólo la unidad de una ciudadanía movilizada, con unos representantes valientes y fuertemente respaldados, en alianza interancional creciente, es la única vía. Es decir, la democracia es la única vía. Pero una auténtica democracia, no la oligocracia o plutocracia actual. Pero tienen que aprovechar la oportunidad que les brinda la movilización ciudadana, si de verdad aún les queda decencia y pundonor para defender la independencia de la política frente al dinero.
El mensaje que más repiten es una mentira. “No hay otro camino para afrontar la situación económica”. Pero una mentira, por más que se repita, no deja de ser mentira, incluso si logra contaminar a cantidades de lectores de prensa, espectadores de TV o seguidores de las tertulias radiofónicas. El mejor test para comprobar si un líder político, un periodista, un escritor, un científico, un economista, o usted, amigo lector, está infectado por el virus neoliberal es precisamente que te dirán que no hay otra alternativa. En ciencia esa afirmación es ridícula. Tobin obtuvo el Nobel de economía en 1981 (¡hace ya 30 años!) por proponer una tasa a las transacciones financieras especulativas, medida que es de 1971 (¡hace 40 años!) ATTAC viene planteando desde mucho tiempo la necesidad y viabilidad de hacer efectiva esta tasa y su enorme potencial. Con estas medidas se podría poner algún límite a los gigantescos movimientos especulativos de capitales y obtener financiación como para saldar las deudas y sostener los sistemas de protección social en todo el mundo.
Es propio del pensamiento único neoliberal invisibilizar el pensamiento crítico y creativo que pone en evidencia sus contradicciones y sus límites. Pero que no nos cuenten más mentiras. Ya no les creemos. La pregunta es, ¿de verdad siguen creyendo ellos en las medidas que nos proponen para afrontar la crisis? ¿Tanto desconocimiento tienen del efecto que similares políticas han producido en América Latina? ¿Nadie se da cuenta de que América Latina no está sufriendo tanto la crisis porque se ha liberado del yugo del FMI? ¿Los políticos no se dan cuenta de que el FMI no tiene la más mínima credibilidad para prevenir crisis financieras y mucho menos para rescatar paises y ayudarles a salir de la crisis? Sólo son expertos en poner la soga al cuello para cobrar deudas al tiempo que imponen una dieta de adelgazamiento que puede llevar a la muerte por inanición, como están haciendo con Irlanda, Grecia, Potugal y España (por cierto, quieren que nos aprieten la soga un poco más). Señores representantes, queremos que representen nuestros intereses frente al FMI, que se reunan para pedir su disolución y la refundación sobre otras bases de la arquitectura financiera. Queremos que apoyen al resto de países en crisis, que hagan un frente común con Grecia, Portugal e Irlanda. Si no nos unimos nos veremos como ellos. Cada pais sólo lo tiene mucho más difícil. Una alianza de paises europeos liberados del yugo del FMI y de las políticas neoliberales, tomando el rumbo de Islandia y sellando estrategias con América Latina es una apuesta democrática para recuperar la dignidad y cambiar de rumbo antes de que sea demasiado tarde. Señores representantes, tomenselo en serio. Tienenla oportunidad. No se confundan. No basta con cosmética.
No estamos en el final de la historia, lo siento por Fukujama y sus seguidores del neoliberalismo feliz. Estamos en mitad de una pesadilla y nos llevan a toda máquina hacia el iceberg, como al Titanic. Capitán, tenemos que cambiar de rumbo o el barco se va a pique. Y ya sabemos que no hay botes para todos.
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